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18 de mayo de 2021

Primer punto para los independientes

Hubo menos votantes que en el plebiscito de 2020, pero les bastó para pulverizar todos los pronósticos y volcar inesperadamente el escenario político del país. Los independientes serán mayoría en la convención redactora de la nueva Constitución y han dejado en ascuas a dirigentes de partidos ante ése y otros desafíos.

El arrollador triunfo opositor liderado por los no militantes en la elección de convencionales constituyentes durante el reciente fin de semana apagó, además, varias controversias que habían acompañado al proceso diseñado a partir del “Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución” de 2019.

Selló la discusión, por ejemplo, sobre la llamada “hoja en blanco”, que implica en teoría la posibilidad de desahuciar totalmente la Constitución de Pinochet, reformada y firmada por Ricardo Lagos en 2005. También disipó la polémica por los dos tercios como quórum general para la aprobación de los acuerdos constituyentes: la derecha defensora no alcanzó siquiera un cuarto y dejó su carta preferida a merced de la oposición, aunque no se prevé todavía cómo se agrupará ésta en torno a su mayoría.

Y las habituales quejas por las correcciones introducidas por el sistema electoral, que da preferencia a las listas y a las colectividades legales, así como las aportadas por la paridad de género y los escaños reservados a etnias, también desaparecieron bajo la contundente decisión de la mayoría ciudadana, incluyendo los reclamos por falta de transporte público en las horas previas al cierre de la votación.

Ante un pronunciamiento popular de tanta claridad y elocuencia, dichos obstáculos terminaron por ceder e incluso pareció olvidarse por algunas horas los altos contagios por la pandemia. 

La Asamblea Constituyente, en estas circunstancias, no se echó de menos.

Perdedores

Perdió el gobierno, perdieron los políticos, pero no han perdido, sin embargo, los medios informativos y de opinión predominantes, que han evitado difundir el proceso constituyente como corresponde a su trascendencia y que sólo ahora parecen preocuparse –aunque no en exceso, en realidad- por el verdadero alcance que éste pueda tener.

Los medios de comunicación mejor dotados empresarial, logística y financieramente tendrían que mantener, como ese fin de semana histórico, su “completa cobertura informativa”, que incluya no sólo el reporte de noticias, comentarios a secas y actividades oficiales, sino también lo que han regateado hasta ahora: orientación sobre un proceso político inédito y desconocido popularmente, en particular sobre las reglas y forma de funcionamiento de la Convención Constitucional, como también un debate amplio, equitativo y pluralista sobre las ideas y propuestas de fondo, la materia prima de un proceso constituyente. Al menos, para que no se note tanto que no se sienten cómodos con lo que la ciudadanía está demandando en las urnas.

Y que las tendencias de las llamadas redes sociales -sobre todo Twitter- no se vuelquen sobre esta temática sólo al final. Eso ya lo han hecho los medios tradicionales.

Dar un abrupto corte a la derecha y su institucionalidad pinochetista para inclinarse hacia la izquierda pasando por sobre la ex Concertación y en condiciones adversas es una hazaña histórica. Pero la historia no se detiene y ahora los triunfadores tendrán que conformar una fuerza constituyente capaz de conducir nada menos que hacia una Carta Fundamental auténticamente democrática…

Julio Frank S.

Imagen: Votos emitidos en la elección de convencionales constituyentes, Santiago, 16-5-2021. J.F.S.